lunes, 28 de septiembre de 2015

POEMA DEL ADIÓS.

Si te aburrieras de mí,
de lo que soy,
de lo que quiero ser,
de lo que no seré,
de lo que no escribiré,
o haré,
o repararé,
no seré ya lo que soy.

No querré ser ya quien quiero ser,
seré otra persona,
que escribirá lo que nunca debería haber escrito,
que hará lo indecible,
que no reparará su alma,
que no reparará en gastos en la cuenta de desengaños.

Si te aburrieras de mí,
no me lo digas así en una tarde de hastío,
con magdalenas de paquete,
frente al telefilm de las tardes,
o a la serie de risas enlatadas.

Si te aburrieras de mí,
busca la cicuta,
la daga dialéctica,
mátame como en una tormenta.

Para que lo que soy,
lo que quiero ser,
lo que no seré,
lo que no escribiré,
lo que no haré,
lo que no repararé,
no tengan importancia.

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