viernes, 19 de febrero de 2021

CADA DÍA.

Cada día desperdicio el alma nueva que estreno a la mañana.
Cada día.
Cada día nace un poema incompleto.
Cada día.

Cada amanecer es más oscuro aunque me vista de luz.
Cada noche viene con más peso de tristeza y es más espesa su neblina.
Cada día es más un camino a cada noche.
Cada día.

Una vez cada día, una vez tan solo, me siento un hombre nuevo.
Luego, mil salvas de tristeza, millones de timbres de teléfono,
cientos de papeles amarillos y óxido de hierro me fusilan.
Cada día.

domingo, 14 de febrero de 2021

MÁS ALLÁ DE LA MATERIA.

Un sueño.
Mi realidad es un sueño,
y ya no es amargo,
ya no es mi negrura interior,
ahora soy mitad
y siendo mitad soy todo.

Vivo en las pasiones certeras,
habito en la calidez amable,
mi cobijo son tus brazos
y mi reposo es tu beso.
¿Dónde estabas en los ayeres mortales?

Tu respuesta es una mirada,
y tú, aun inocente, la bondad.
Apagas no solo mi sed,
sosiegas mis agobios,
apaciguas mi inquietud
y de ti vivo
y de ti, me alimento.

Junto a ti aprender,
¿qué son los nombres sin ti?,
contigo sé que son personas.
Contigo sé que calor,
más que concepto, más que fonética,
es una sensación,
sin ti, inconcebible,
sin ti no sabré lo que son las cosas.

Y aprender lo que se olvida,
a amarte.
A ser, si tú me necesitas, roca,
a darte si tú lo pides, calma.
Sabré retirar tus penas como espuma,
y frenar un viento en tu alma,
llamar a la nube borradora de tristezas,
ser para ti hombre, 
hombre y nunca macho.

¡Anda!, viérteme dentro de ti,
enreda mi aliento con tu pelo,
descúbreme, rompe mis normas,
cautívame con tu complicidad,
y algún día levántame amante.

Quizás busque tu piel,
y no la sienta.
O busque tus ojos,
y no los vea,
porque lea tu mirada,
porque me acaricie tu alma,
ande tras tus pasos,
y no los alcance,
sin darme cuenta de que nunca me dejan.
Mire tras tus lágrimas,
y no me mojen;
sin embargo, en su baño,
encontrarte.

Detrás de tu piel, de tu cabello,
del hogar de tus pechos,
del anhelo de tus labios,
no encuentro materia.
Te hallo a ti.
A ti.


M

Mil veces en los últimos mil días,
mil veces, te he mirado.
Una, al menos una vez, por cada otra
en la que no pude, no supe, mirarte.

Te he mirado a escondidas, 
huidizo, en silencio, indigno, 
cuando, sin verme,
atendías el teléfono, 
cuando a mí lado dormías,
en los momentos en que te abandonas de mí.

Buscaba mil motivos,
mil razones, 
y he visto, 
mil razones en tu rostro, 
mil motivos en tu piel,
mil motores en tus manos.

Y encontré las mil razones,
en mil miradas, en mil días,
de mil miradas furtivas, 
para enamorarme mil veces mil.